El homo sapiens exploraba el nuevo mundo y se deleitaba con cada una de sus maravillas, pero a pesar de sus múltiples emociones y cuestionamientos no encontraba el responsable terrenal de aquel paraíso; por esa razón, decidió atribuir ese poder a unos seres superiores que habrían creado el mundo.
De esta manera, poco a poco, por medio de la tradición oral, el mito y la leyenda y fueron recreando hasta que pudieron ser escritos. Cada una de las culturas concibió de manera distinta estas leyendas y mitos: podemos apreciarlo en la mitología nórdica, la egipcia y la griega. A esta última cultura se le concede no sólo ser la cuna de la sociedad occidental sino tener los mitos más famosos. En su mitología hay todo tipo de divinidades que fueron recogidas en bellas historias, con las mismas características psicofisiológicas de un ser humano, pero sin dejar de lado su condición de deidad. El momento clímax de la mitología griega llega cuando un poeta ciego llamado Homero, escribe la Ilíada y la Odisea. Estos textos describen a Grecia a la perfección, hay material en ellos para quienes estudian la lengua, las costumbres, la guerra, la política, el amor, la arquitectura, la religión, la gastronomía, la filosofía, los juegos de la vida y los rituales fúnebres de aquel pueblo, como dice el escritor William Ospina. Una Grecia llena de aventuras, de dioses y de hombres, Una Grecia inolvidable.
Estos mitos y leyendas sólo perdieron su relevancia con la llegada del Cristianismo, y con él, toda esa riqueza intelectual quedó en el olvido. Aunque no todo estaba perdido, siglos más tarde al finales de la Edad Media, un autor florentino, escribió una de las obras más maravillosas que la humanidad ha visto nacer: La divina comedia. La historia de un hombre llamado de la misma forma que su autor, Dante, quien decidió emprender un viaje por los círculos del infierno, el purgatorio y el cielo para encontrar a su amada Beatriz. Dante, creó un mundo entero: nueve círculos del infierno, que se van expandiendo desde la montaña del purgatorio, hasta el centro de la tierra, En la punta de la montaña se encuentra el cielo. Y allí, en esa historia mágica, el escritor se convertía en Dios y manejaba todo lo que sucedía y habitaba en esos lugares metafísicos. Retomó personajes de la cultura medieval, y de la pagana que había sido suprimida por la Santa Sede. Entonces volvemos a escuchar de la mitología y culturas griega y romana: Platón, Sócrates, el Minotauro, Caronte y por supuesto de su guía en ese esplendoroso viaje, Virgilio. De esta manera creó una nueva concepción de la vida después de la muerte, y abrió de nuevo las puertas a un neoclasicismo.
Los mitos han sobrevivido el pasar del tiempo y se han recontextualizado para seguir influyendo en pensadores, científicos, y escritores. En la actualidad se han resignificado en dos áreas en particular, en las películas y en los videojuegos. Hablaré de su relación con los videojuegos.
Como el hombre siempre ha estado conectado con su pasado e interesado por conocer de dónde viene y hacia dónde va, ha visto en las narraciones de cómo se formaron la tierra y el universo, de las aventuras de las deidades y de los humanos que compartieron con ellos, una temática interesante para superar la monotonía de los juegos de guerras y futuros apocalípticos, de los juegos sin trama ni argumentación. Por eso, qué mejor temática que la historia, los mitos y las leyendas para jugar a ser un dios, o un héroe, o incluso un villano, para conocer nuestra historia, para aprender de ella, para alejarnos de una sociedad materialista, consumista y superficial, para conectarnos a ese mundo, a nuestras raíces, a los primeros amaneceres de la sociedad occidental.
En el videojuego Dante´s Inferno, se recrea la primera parte del la historia de la Divina Comedia. En el recorrido por los círculos del infierno en busca de su amada Beatriz el jugador es parte de la historia y recorre cada paso de Dante por los oscuros caminos del averno. También juegos como God of War, narra la historia de un guerrero espartano que es atormentado por su pasado y está bajo el mandato de los dioses griegos para poder pagar por sus faltas en Age of Mythology se juega a ser dios de alguna de las culturas griega, nórdica o egipcia; los personajes y la historia se vuelven más vividos y más reales gracias al avance de la tecnología
Hay dos formas de analizar la actitud de los jugadores de videojuegos. Por un lado están los jugadores a los que llamo a posteriori, y por otro los jugadores a priori. Los jugadores a posteriori son para mi, aquellos que conocen de la historia y tema del juego por medio de del mismo juego, y que se guían por él. Los jugadores a priori conocen del tema antes de empezar a jugar, pues han llegado al juego por medio de la lectura. Desafortunadamente, son más los jugadores a posteriori pues la literatura está siendo olvidada.
¿Qué pasaría si relacionáramos el arte milenario de la literatura y el lenguaje, con los videojuegos? Si antes de jugar, ya hubiéramos viajado en la máquina del tiempo, o deslumbrado con la inclemente muralla troyana, o haber sentido el vacío al caer de un árbol persiguiendo a un conejo. Qué bueno sería ser del equipo de producción y diseño de esos mitos, de esas historias. Pero el hombre ha preferido que le muestren cómo son las cosas, cómo debe ver las cosas, y hasta donde puede verlas.
Debería existir una coalición entre la literatura y los videojuegos, se debería hacer una lectura previa del material sobre el cual se va a jugar, así podríamos comparar lo que imaginamos a través de la lectura con lo que otros imaginaron, así sabríamos en qué nos estamos metiendo y disfrutaríamos más del juego.
Para concluir, quisiera dejar en claro que sin los mitos y sin nuestro pasado, nuestro futuro no es más que polvo, no podemos olvidar de dónde venimos, por eso deberíamos agradecer a las artes visuales por atarnos al recuerdo y hacernos espectadores de esos seres poderosos que lanzan truenos, de dioses que tienen cabeza de animal, de serpientes que rodean al mundo, y de un árbol que da cobijo a la tierra.
Tú tampoco puedes olvidar que para poder ser parte de la historia y ser tú su guía, ese ser quien pinta esos rayos de colores radiantes, de colocar vida a esos dioses zoomorfos, de darle tamaño y grosor a esas serpientes, de sentir la brisa bajo el árbol de la vida, debes rescatar a la literatura del olvido, y convertirte en jugador a priori.